viernes, 13 de enero de 2012

Munificencia

¿Por qué extrañáis, amigos, que yo también sonría,
que también yo os regale con rosas y con trinos,
si en mi jardín interno jamás hubo sequía,
y en mi médula anidan zorzales peregrinos?

No dudéis de la excelsa virtud de la poesía.
Del lodo se levantan los lirios matutinos;
succionan impurezas viñas de grata umbría
cuyos maduros frutos dan los sagrados vinos.

No dudéis de la excelsa virtud de la poesía.
La peste, el hambre, el frío son fantasmas mezquinos
que inútilmente rondan por la soledad mía

desde hace diez años, sin mirarme de frente.
Y, pues no tengo oro, reparto rosas, trinos…
Perdonadme este modo de ser munificente.

Manuel Ortiz Guerrero 


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