jueves, 14 de marzo de 2013

Estamos intoxicados el uno del otro

 «De la fuerza del amor», óleo de Javier Azurdia

Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección.
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una cadena bendita
Miramos en él, como en un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.


Ana Ajmátova

2 comentarios:

Rafael dijo...

Es posible que eso sea por el amor compartido.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sobrepasar esa frontera entre el uno y el otro, puede en alguna ocasión llegar a ser realmente tóxico... Tal vez vale la pena conservar los caminos en paralelo las cosas se mantengan en un límite coherente.

Me gustó!!!

Feliz fin de semana!