Madre selvas de amor y de pena
rosas blancas y lirios de luz
al poeta con calma de estrella
que ha doblado los brazos en Cruz.
El destino cruel o el delito
nunca fue tan absurdo y brutal
al quebrar en mitad del camino
esta vida tallada en cristal.
Del rocío traslucido y sano
suyo fue el dadivoso frescor
de él, el don generoso del árbol
de brindar sombras, frutos y flor.
Coronado de espinas ha muerto
el cantor que fue alondra y león.
Enlutad las guitarras, troveros
y decid la más triste oración.
Darío Gómez Serrato
«Color, música, poesía», óleo de Rosa Collado Rosich
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