lunes, 10 de junio de 2013

Traición


«Tardes de infancia», óleo de Manuel Tricallotis
 
Este mundo de enfrente se encarama
donde puede y es tuyo sin saberlo,
a tu vida traiciona sin buscarlo
y no tienes la culpa.

                                                    En el pasado
fuiste feliz con la tranquilidad
de aquellos sueños, todas las promesas:
habitaba en tu mente un bosque inmenso
y siempre te asombrabas
con el murmullo de las caracolas.
Te sentías seguro en sus manos, protegido
por la mirada noble y bondadosa del padre.
Detrás de su existencia sólo había
una debilidad única: tú.

                                                           Nunca
más brillarán los ojos como entonces,
víctima de una infancia
demasiado perfecta.

De "Un intruso nos somete", 1997

Juan Carlos Abril 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué hermosura de poesía nos compartes mi querida amiga, en verdad que es sublime y bello. Esos tiempos de la infancia donde todo vemos con los ojos inocentes y bellos, esas miradas que todo lo ven y nada comprenden, que van aprendiendo día a día de los por qué de la vida.

HERMOSO, EN VERDAD!!!!

Gracias por compartirlo!!

Daily Jara dijo...

Siempre..que lindos momentos de la infancia dibujados poéticamente en los versos. Definitivamente el recuerdo tiene una estampa imborrable en el alma.