Óleo de Emily Bonett
Te recurro palabra…
para huir de la realidad,
cubierta en tu manto de inocente apariencia,
tan ida del mundo y de sus sombras y visiones,
tan secreta en tu opacidad irreverente.
Me aferro a tus disímiles figuras del olvido,
a tus cristales azules resquebrajados de miedo,
a tu eterno fuego de catástrofe y ruego.
Y te aferro...
porque sumergida en ti,
sentencio al dolor a una interminable condena,
dormitando lejana en las habitaciones salobres de los sueños.
A través de ti,
eternizo las miradas de la ausencia,
algún susurro lejano,
bañado en la espuma del recuerdo.
Y vivo...
En tu atmósfera de penas redimidas,
en tu paz de nieblas y silencios,
en tu entera sensación de dicha y huida.
Huella, Daily Jara©
15-11-2012
4 comentarios:
"...Y vivo, en tu atmósfera de penas redimidas..."
(Me quedo con esos dos versos que quizás definen la totalidad del poema)
Un abrazo en la noche.
La palabra es el mejor de los regalos y saber utilizarla un don.
En Historias desde el tren hay una mención a tu blog, una distinción. Si la quieres es tuya.
Un beso.
Recurrir a la palabra, aferrarse a ella, vivir con ella, a través de ella... ¡qué hermosura!
A veces no conocemos palabras para expresar tanto como sentimos.
Un abrazo.
Hola, cielo, acabo de ver el mensaje que dejaste en Historias Desde el Tren.
Gracias por tus palabras.
Me parece que andas un poco despistadilla. Lidia me dió el premio a mí y soy yo quien te lo da a ti, lo digo porque acabo de verlo en tu lateral.
De todas formas, gracias.
Un beso
Publicar un comentario