Como palabras trazadas
en el oro polvoriento de una playa
que el océano de inexorables olas
poco a poco trabaja hasta borrarlas,
así, a través del tiempo,
se ha ido nuestro amor desmigajando
y de él tan solo quedan
innumerables fantasmas,
volcanes apagados en el alma,
esquirlas del pasado
y la agria certidumbre de un naufragio.
Javier Viveros
«Velero», Roberto Castellanos
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